¿Cómo perder peso con las disciplinas Holísticas?
Creo que hay una diferencia entre el concepto de autoaceptación del propio cuerpo y la autocompasión, con la consiguiente resignación.
El cuerpo humano es una máquina y, como tal, requiere mantenimiento para evitar que se desgaste y se rompa. Si un coche tiene una abolladura, podemos fingir que no nos importa y dejarlo así, o llevarlo inmediatamente al taller de carrocería y repararlo para evitar que el óxido empeore la situación.
Lo mismo ocurre con nuestro cuerpo: si tenemos un problema, podemos ignorarlo y resignarnos, o intentar solucionarlo, mejorando así nuestra calidad de vida.
Tener un sobrepeso más o menos significativo implica más carga en las articulaciones, fatiga de los órganos internos, dificultad de movimiento y lucidez mental.
Además, si hablamos de niños, también existe el problema del aumento de células grasas que permanecerán en el organismo de por vida, tema que trataré más adelante.
Por eso creo que es necesario ser intelectualmente honesto y no confundir el concepto de aceptación de un cuerpo simplemente curvilíneo y en positivo (muy de moda en este momento) con una situación «patológica» que debe tratarse para conseguir un cuerpo eficiente y saludable.
Lo que propongo, con toda honestidad, es concienciarse y entrenar, confiando plenamente en el entrenador. Intentar dedicarse a una tipología de entrenamiento mixta, clases grupales y clases individuales, si es posible, y si no se puede, de distinto estímulo y por rotación. Aquí juega un papel determinante el entrenador o entrenadora, que deberá tener una buena preparación y aconsejarte lo mejor para tu tipologia structural (biotipo o somatotipo).
La estrategia de las clases es fundamental para conseguir resultados duraderos.
Mejorar la condición física, reducir el estrés, desarrollar la capacidad de concentración, representan para mí la tríada del éxito personal.
Son muchas las inquietudes, propósitos u objetivos que hacen que alguien se decida a intentar controlar y/o modificar su físico, pero es posible llegar a ello a través de un trabajo mental equilibrado. Todo está unido, enredado y armonizado mágicamente, hasta el estrés, pero hay que tener claro que yoga significa “unión” y que el fin último no es otro que alcanzar la armonía precisamente logrando esa conexión entre mente, cuerpo, alma y espíritu capaz de traer la salud y el bienestar interior.
Puedes encontrar definiciones para las disciplinas holísticas para todos los gustos: ciencia, conjunto de técnicas y ejercicios de meditación o relajación, filosofía de vida… Pero, seguramente una de las más acertadas es “camino” porque hay que insistir en que el “resultado” no es un fin en sí mismo, sino una manera de conectar con el propio ser interior a través del conocimiento del cuerpo y de la mente.
Escoge una rutina diaria, mantenla un mínimo de 20 dias, y a partir de ahí, empieza a observar y a sentir.
El concepto de rutina diaria es amplio. Siempre debe implicar una toma de conciencia de la propia existencia y del lugar que ocupamos en el conjunto del universo, un primer paso para acercarnos a nuestro “aquí y ahora” para conocer el estado de nuestro cuerpo fisico, mental y emocional, y desechar pensamientos que no nos permiten mantener un estado activo y sano.
Mirar hacia adentro, hacia los propios centros de energía
Intentar llegar a lo más profundo de nuestro ser interior a través de informaciones, de clases distintas como el yoga, la meditación y el pilates, tiene un objetivo concreto y práctico: liberar la propia energía espiritual de la persona, la más intima. En concreto, esa energía positiva que guardamos en nuestro interior. La conexión interna la hará fluir por todo nuestro cuerpo de manera que podamos aplicarla en nuestro día a día y nos ayude a perseverar en nuestro objetivo de una vida saludable.
Todo es posible y nunca es tarde.
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