Contemplación y Meditación: dos puertas hacia ti
Me gusta perderme en la contemplación para acceder a mi segunda puerta y entrar dulcemente en la meditación… Intento definir esos conceptos para facilitarnos en la comunicación.
Son argumentos que se conocen pero tal vez, falta algo más para familiarizarse.
Experimentar con el espacio mental, al principio de mi camino fue difícil y dependiendo de mi estado de ánimo y mental me cuesta también al día de hoy somos todos principiantes en esa búsqueda. La contemplación la defino como la actividad del corazón o del alma que se para en una imagen, en una cualidad o en una virtud, para alegrarse con su luz, con su belleza y comulgar con ella.
Mientras que la meditación es un entrenamiento para la mente que lleva su conocimiento profundo hasta su control, el resultado de una mayor libertad mental y emocional es impagable, aprender a ser testigo y no protagonista nos permite reconocer, elaborar, hasta prescindir de nuestros patrones, es en estos términos como hay que entender la libertad.
Cada día es distinto, por eso es importante un trabajo/entrenamiento constante. Algunos días tenemos más bien tendencia a trabajar con el intelecto, buscamos ahondando, profundizando, meditando. Otros días, nos sentimos en la armonía, la paz, la beatitud y estamos impulsados a contemplar. Finalmente, a veces experimentas un deseo de actuar, de crear, de desencadenar fuerzas: esos días es tu voluntad la que se manifiesta. Si eres ya un practicante habrás experimentado estos estados, pero quizás no los hayas discernido bien, ni clasificado.
Antes de dedicarse al espacio interior, aconsejo reconocer nuestra disposición, cuál es el factor predominante de tu fuero interno.
Según tu naturaleza, claro, según el intelecto, el corazón o la voluntad que estén más o menos desarrollados, tendremos más afinidades con una actividad o con otra. Tenemos que aprender a saber cuál es el factor más desarrollado en nosotros y cuál no lo es en absoluto, para ponerle remedio. Pero te daré un consejo: trabaja siempre con la facultad que está más desarrollada en ti y pon remedio de vez en cuando a las carencias y lagunas. Trabaja con tus puntos más fuertes, no trabajes exclusivamente con tus facultades más débiles, no busques el pretexto de que hay que ejercitarlas. Es preferible buscar en uno mismo el factor más fuerte y trabajar con él. Después, de vez en cuando sólamente procurarás poner remedio a tus insuficiencias.
Porque, sí abandonas tus riquezas para ocuparte de tus miserias, no iras muy lejos y te desanimarás. Debes trabajar al contrario, con tus talentos, con tus dones, con tus facultades, porque la riqueza atrae riqueza y solo cuando hayáis ganado mucho podréis ir a ocuparos de las lagunas. Te invito a seguir algo de mi experiencia… Al principio cuando empecé a dedicarme a crear ese espacio conmigo misma, para nada me pareció un momento de tranquilidad ni tampoco de confort, todo parecía inquietud y de repente se despejó el cielo. Hay momentos donde después de caminar entre sombras y convivir con ellas, de mirar alrededor para solo ver un paisaje desolado, de estar navegando entre la ilusión y la desmotivación entre la desgana y la apatía, puedes detener el tiempo y cogerte de la mano para mirar al cielo y encontrar una nueva luz, esta vez, entre sombras. Solo mirando de frente todo este paisaje desolador sin apartar la vista podemos encontrar la valentía de trazar nuevos caminos, de cultivar la pasión, de tomarte de la mano con solidaridad y apoyarte para reencontrarte en una sola unidad.
Los colores pasteles han dado paso a los fuertes contrastes del claroscuro más intenso. La luz se proyecta y paras de ver solo oscuridad y confusión se empieza a desprender tu verdadera naturaleza. Solo con el tiempo aprendí que la oscuridad, es el sustrato fértil y que es todo potencial creador y en ese sustrato una semilla. En esas sombras en las que se gesta y mueve la vida, mirar adentro, más oscuro, más profundo, en la tristeza, en la confusión, en las quejas, en la superación, en las diferencias, en la compasión, para encontrarte y abrazar y soltar y entregarte a lo que es amarte.
Brahmavihara es un término en sánscrito que significa “Actitudes sublimes”. También se los conoce como las “cuatro actitudes inconmensurables”. Puedes encontrarlas en los Yoga Sutras de Patañjali (1.33) pero también en muchísimos otros textos tanto budistas como hindúes. Son la bondad amorosa (Maitri o metta), la Compasión (Karuna), Alegría empática o solidaria (mudita) y ecuanimidad (upekkha). Éstas son las actitudes que hay que desarrollar.
La oscuridad hace que nos encontremos de frente con las inconmensurables cualidades del amor.
0 comentarios