¿Soy capitán o marinero?

por | Abr 30, 2020 | Filosofía, Motivación | 2 Comentarios

El liderazgo es un tema que siempre me ha fascinado, trabajando desde el 1992 por mi misma y luego con grandes organizaciones en el mercado del fitness. He tenido que construir mis propios pilares para sostenerme y en principio, desde el inicio de mi profesion, pensaba que la parte técnica era lo más importante y por tanto que estudiando y leyendo se iban aprendiendo muchas cosas.

Yo, como Capitán o Marinero de este “barco/velero” me dirigo hacia el desconocido océano en busqueda de mi “tierra”, bueno, parece un precioso cuento pero es mi realidad…

Según la ley de la navegación, la 4 ley de Maxwell, un buen líder debe controlar el rumbo y no que éste lo controle a él. En este período específico de (cierre forzado de actividad, covid 19) he valorado mucho el saberme dirigir siguiendo, no los mapa, sino las estrellas, como un buen marinero… y menos mal que mi 5° Chakra, ANAHATA , con su doble estrella, estaba entrenado.

Y aún así no ha sido fácil! Cuando te percibes oprimido, recurrir a ese espacio interior parece imposible; mantenerse, sostenerse allí ha sido desafiante, más que cuadrar un business plan, así como en el pasado he tenido que hacer. No hay mejor escuela que saber vivir la vida y los Maestros siempre se aprecian más cuando desaparecen…

Anahata necesita mucho espacio, mucho coraje, necesita que profundicemos hasta allí y sin disfraces, para mostrarnos la fuerza que tenemos. La valentía y la confianza hacia uno mismo hay que ganársela y no es fácil pero tampoco imposible.

Hay que aflojar las tensiones a su alrededor para permitir que el latido no pare de bombear…así como los tambores, así como el pulso de la vida, el mismo que sigue la naturaleza y eso tal vez te desubique… Es entonces cuando hay que tener muy presente el saber navegar sin mapas.

Los líderes que navegan hacen mucho más que controlar el trayecto por el que ellos y su equipo van a navegar. Deben visualizar en su mente todo el viaje antes de partir, deben controlar cuál será su destino, conocer cuánto tiempo les llevará llegar a él, saber qué personas son las idóneas para formar el equipo y obtener un gran éxito, además tienen que conocer qué obstáculos se van a encontrar en el camino antes de que aparezcan.

He tenido la suerte durante 7 años en Italia de dirigir un equipo fantástico, el éxito fue su premio, hasta que cada uno de ellos decidió coger su propio barco y empezar a navegar por nuevos horizontes. Decidí navegar en solitario y tuve que enfrentarme a todo un nuevo equipo hecho de mis personajes… eso sí ha sido desafiante. Desarmarles, darles roles, atenciones, controlar que no molesten etc, hasta dejarlos ir y conocerme de nuevo…

Un buen líder es una persona que se anticipa a los problemas y es entonces, aquí, cuando tengo que decirme bravo Diana, lo habías visto bien al tomar unas decisiones que para otros parecían drásticas. Cuanto mayor tamaño tenga la organización, mayor deberá ser la capacidad que tenga el líder sobre ésta. Esto es así porque solo el gran tamaño de la organización presenta muchas dificultades a la hora de corregir los posibles errores que se puedan generar durante el trayecto.

Según expone la ley de la navegación, un navegante de primera categoría siempre tiene que tener presente que otras personas dependen de ellos y de su capacidad para trazar un buen trayecto. Ese punto fue parte básica de mi business plan. Estaba justo pensando cómo crear esas colaboraciones, cuando tuve que parar. Entonces surge el qué hacer, re-organizar, cambiar la visión, que no significa necesariamente cambiar de ruta. No abandoné ni un momento lo que estaba en mente, la dirección de Tam. Sin ella nada se hubiera creado. ¿Dónde estaba mi equipo?, ¿dónde estaban yéndose mis proyectos?.

Mi equipo se ha compuesto principalmente de todos mis socios, también de quienes han entrado solo por una clase o sesión y eso me ha permitido sentirme fuerte y sostenida en mi visión. Mi proyecto sigue funcionando, el barco sigue siendo fuerte aunque haya encontrado una “tempestad”.

Un buen líder antes de iniciar un trayecto debe atravesar un proceso con el fin de ofrecer la mejor oportunidad garantizando que el viaje va a tener éxito. Cada éxito o cada fracaso es una gran fuente de información y sabiduría, hay que saberse manejar en las dificultades y no permitir que un problema se transforme en un naufragio. Saber recogerse, que la niebla se vaya y que la visión vuelva a ser clara para seguir navegando…

Obtener éxitos puede ser una lección aprendida para uno mismo y conocer las capacidades de las que dispones. Los fracasos también son una gran fuente de aprendizaje ya que aprendemos lo que hemos hecho mal para no volver a repetirlo. Si no aprendes de tus errores lo más seguro sea que vuelvas a fracasar.

Es por todo esto que un buen navegante comienza obteniendo experiencia, aunque como es lógico no termina aquí. Mantenerse abiertos a escuchar las experiencias que otros le puedan contar. Es por esto que un buen navegante obtiene información de muchas fuentes diferentes. Los propios miembros del equipo también (socios, la comunidad) pueden exponer sus ideas y de ahí se pueden obtener mucha información.

Hablar con ellos de mi organización me ha permitido conocer las experiencias desde el nivel más necesario y no perderme nunca.

Es muy importante sentirse seguro, saber que vas a ser capaz de llevar tu barco o equipo hacia el éxito. Si no puedes realizar el viaje con confianza mental, no podrás ponerlo en práctica. Es por esto que se necesita ver los hechos de una forma realista. No puedes minimizar obstáculos importantes ni racionalizar los retos. En numerosas ocasiones puede ser muy difícil equilibrar el optimismo y el realismo, la intuición y la planificación. Pero estas cualidades son necesarias para poder ser un buen capitán/líder.

Para que un gran proyecto salga adelante se deben tener las ideas muy claras de lo que se quiere conseguir y poner los medios necesarios. Lo primero que debemos hacer es escribirnos un listado con los pasos más importantes que tenemos que dar para realizar el proyecto.

En Julio de 2019 cuando fundé Tam, me decidí por algo que ha demostrado mucho interés pero hoy, ante una economía y una sociedad que se está poneniendo de pie, nuevamenteme estoy replanteando el listado. ¿Te gustaría participar de alguna forma?

Aquí mi listado, indícame con un comentario si quieres aconsejarme algo diferente, eres el/la bienvenido/a

• Predeterminar un programa de acción.
• Trazar las metas que queremos alcanzar.
• Ajustarnos a las prioridades.
• Notificar al equipo lo que queremos realizar.
• Establecer el tiempo necesario para que sea aceptado el proyecto.
• Comenzamos a actuar.
• Esperamos los problemas que nos van a llegar.
• Debemos señalar los buenos éxitos.
• Revisar todo el plan a diario.

Esto puede ser un ejemplo de un plan de navegación real. Ya que podemos concluir que no importa el tamaño del proyecto, ni el dinero que cueste, ni el tiempo que se tarde, sino que lo que importa es guiar el proyecto para que todas las personas implicadas entiendan las ventajas de realizar el proyecto y tengan la seguridad de que no se van a encontrar con problemas que no se puedan solucionar.

Aunque el trabajo no termina aquí, ya que se debe continuar revisando periódicamente el proyecto para tener la seguridad de que todo va como se ha planeado. Como conclusión general obtenemos que el tamaño del líder es muy importante, es por esto que cualquiera puede navegar pero se necesita de alguien verdaderamente especial que trace la ruta…

Gracias por seguirme, y acompañarme, salimos del puerto en breve, el Barco/Velero vuelve al océano…

2 Comentarios

  1. Annalisa

    Muy buenas Dias Capitan,
    Tu listado me parece muy Bueno. De mi parte estoy aqui esperando se salir del Puerto pronto. Estoy en el muelle para soltar el amarre. Gracias 🙏♥️

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  2. Angela

    Que bonito y que bueno tu enfoque…Me ha encantado tu mención sobre navegar guiandote por las estrellas y no por un mapa. Esto es muy simbólico y valioso para aplicarlo en «cualquier mar que queramos navegar». Gracias por ser así, y por estar Diana.

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